El
parque nacional de Aigüestortes es un ejemplo de modelo glaciar en el que los ríos, con sus característicos meandros, conectan más de 250 lagos. Uno de los más bellos es el lago Llong o Estany Llong del que parte el río Sant Nicolau que desemboca en el lago Llebreta. Este paraje es único en los Pirineos y merece una visita con el objetivo de que disfrutes de las maravillas de la naturaleza.
Orígenes y características del lago Llong
El origen de todo el parque se remonta al periodo Cuaternario, una época de climatología glaciar que erosionó la zona hasta convertirla en lo que puedes ver hoy en día. El Estany de Llong es un vestigio de ese momento. Este lago permanente, existen otros en la zona que se secan durante el verano, cuenta con 7,43 hectáreas de superficie y una profundidad de 12 metros.
Enclavado en el fondo del valle de Boí, en la comarca de Alta Ribagorza, a casi 2000 metros de altitud, ofrece un paisaje idílico para el disfrute de los visitantes. Se trata de una masa de agua alargada que cuenta con más de 600 metros de longitud y un ancho situado alrededor de los 120 metros.
Además, en una de sus orillas, vas a encontrar un refugio pirenaico que recibe el mismo nombre. El lago Llong es una muestra del paso del tiempo y de la época glacial en esta zona de los Pirineos catalanes.
Disfruta del lugar realizando senderismo
Una de las mejores opciones para descubrir este enclave es el senderismo. Dentro del parque Aigüestortes, hay una gran variedad de rutas. La del Llong es una de las más conocidas. Para iniciarla debes desplazarte hasta la localidad de Boí, concretamente junto a la iglesia, para coger uno de los taxis 4x4 que te acercan hasta la entrada de este espacio natural.
La ruta está calificada como fácil debido a su poco desnivel, apenas 200 metros, y cuenta con una distancia de 9 kilómetros en total. Se trata de un único sendero en el que se invierte sobre hora y media para ir y lo mismo para volver. El camino bordea la ribera del río y has de seguirlo en dirección al lago. Te ofrece unas vistas únicas del entorno. Durante el trayecto, encontrarás varios puentes de madera que cruzan las aguas y facilitan la ruta hacia tu destino.
Cuando ya te acerques al final, podrás dar un pequeño rodeo y pasar por el refugio o dirigirte de manera directa al lago. Cuando llegues, es el momento de sacar los bocadillos y disfrutar de la tranquilidad mientras, si el tiempo lo permite, sumerges los pies en el agua glaciar.
Una vez que hayas disfrutado de este paraje, puedes emprender el camino de vuelta o continuar para llegar al Estany Redó, situado a una media hora más de caminata. Además, durante el regreso, podrás tomar la bifurcación que te lleva a la ruta de la Nútria hacia el mirador de la Cascada. Eso sí, este tramo se complica un poco más, ya que cuenta con un gran desnivel.
Este sendero es uno de los más empleados dentro del parque nacional debido a su facilidad y los impresionantes paisajes que atraviesa. Se trata de una opción perfecta para hacer con los más pequeños de la casa y que entren en contacto con la naturaleza.
El Estany Llong es una gran elección para conocer los paisajes glaciares que dieron forma a los Pirineos. Esta ruta es una elección idónea para descubrir el parque de Aigüestortes y los más de 250 lagos que se esconden en este espacio natural. Para ello, nada mejor que alojarte en los
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